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jueves, 1 de agosto de 2013

1 de agosto de 1798, Batalla del Nilo



En la mañana del 1 de agosto Nelson (que con los datos que cuenta ha vuelto a tomar rumbo hacia Egipto) tiene a su vista Alejandría y envía un par de navíos para reconocer el puerto. La información que traen cae en el desaliento a Nelson; no hay ni flota ni navíos en el puerto de Alejandría; parece que se ha vuelto a equivocar. Casi antes de darse cabezazos ante el mástil del Vanguard, el navío inglés Zeaolus gritó el emocionante “Enemigo a la vista” cambiando totalmente tanto su humor como el reflejo de su cara; por fin ha llegado la batalla y podrá enfrentarse al general Bonaparte.


En el lado francés, llega la noticia del avistamiento de Nelson junto con su flota y la zozobra de no saber qué hacer, hace que el almirante Brueys, convoque un consejo para decidir qué hacer; quedarse fondeado en la bahía de Aboukir o salir al encuentro de los ingleses en alta mar. La decisión, no por unanimidad, es quedarse fondeado y esperar a la pérfida albión.


Nelson por su parte, no pierde el tiempo y da la orden de ataque cuando los franceses creen que la batalla será al día siguiente. Esa noche del 1 de agosto, los ingleses aprovechan las circunstancias y la Armada de Oriente tiene una severa derrota.


Los barcos ingleses hacen una especie de tenaza y con ésta maniobra y la inexistencia de cañones en tierra, ha hecho que los ingleses con una flota a priori de menor envergadura, se vaya resolviendo la batalla a favor de Nelson.


El resultado es inapelable y sobre las 22 horas de éste 1 de agosto de 1798, el buque insignia de la flota francesa, el Orient, explota con un fuerte estallido, decidiéndose finalmente de lado inglés. Brueys ha recibido varias heridas antes que una bala de cañón le parta en dos.

Tanto la batalla naval como el estallido del buque insignia, han sido presenciado por los sabios que han ido a lo alto de la Mezquita de Abou Mandour.


La flota francesa ha perdido 17 barcos entre navíos y fragatas junto con la irreparable pérdida de 8930 hombres entre quemados, ahogados y prisioneros.


En el bando inglés, las pérdidas son menores; 218 muertos y 664 heridos y algunos navíos con desperfectos de cierta consideración.


A pesar de la importancia de ésta batalla, tampoco fue tan decisiva como pueda parecer en un principio;  los franceses están ahora prisioneros en un terreno que empiezan a conquistar.





Grabado de finales del XIX de la también llamada “Batalla naval de Aboukir” con la imagen en primer plano del L´Orient realizado por Mayer y Bayot.