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domingo, 18 de agosto de 2013

18 de agosto de 1798, Ruptura del dique del Nilo

Una vez vivido y “tragado” el desastre de la flota en Aboukir, Bonaparte empieza a reorganizar el país.

Durante toda su estancia en Egipto, intenta ganarse la simpatía del pueblo mediante diversos actos; dicen que incluso llegó a vestirse de árabe.


Uno de los acontecimientos por excelencia para cualquier cairota, es el desbordamiento del Nilo. Con éste fin, el 18 de agosto y en hora muy temprana, Bonaparte llama a los miembros del Diván y demás funcionarios, pregonando que ha llegado el momento de preparar la fiesta.


La ciudad se engalana para la ocasión tanto en calles, como en los barcos anclados en puerto.


Bonaparte junto con su Estado Mayor y los cheiques, se dirige a la embocadura del canal. Uno de éstos cheiques hace saber que la inundación es de 25 pies de altura (7,62 metros). La noticia excita la alegría de los ciudadanos. El general en jefe da la señal para que la estatua sagrada sea lanzada al río ante el estruendo de las bandas militares y salvas de la artillería francesa. Se rompe el dique, dando lugar a uno de los concursos más esperados; el primer batelero que penetre en el canal, recibirá una recompensa muy codiciada.


Por la noche, la ciudad de El Cairo se ilumina y sus gentes cantan himnos de gratitud por la buenísima inundación del Nilo. Los cheiques dicen, “es el Nilo más hermoso que ha habido desde hace un siglo”.




Grabado a partir de un dibujo de Grenier de finales del XIX que representa el hecho histórico vivido con la ruptura del dique del Nilo.

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